El 15 de marzo de 1990, en el Tercer Congreso Extraordinario de Diputados del Pueblo de la URSS, el presidente del Soviet Supremo, Mikhail Sergeevich Gorbachev, fue elegido el primer y único presidente en la historia de la Unión Soviética.
Ocupó este cargo durante unos dos años. La política protectora de Gorbachov condujo al colapso de la URSS el 8 de diciembre de 1991, la formación de la CEI y la renuncia del presidente de la URSS.
Habiendo anunciado la necesidad de celebrar un congreso en febrero de 1990, Gorbachov no estaba seguro del resultado del voto popular y, por lo tanto, rechazó elecciones democráticas.
Como resultado, su elección por sólo una mayoría parlamentaria lo privó de legitimidad y predeterminó una alianza con los conservadores que ocupaban los cargos gubernamentales más importantes.
Después de la firma de los Acuerdos de Belovezhskaya y la denuncia real del tratado de unión, el 25 de diciembre de 1991, Mikhail Gorbachev renunció como jefe de estado.